¿COMO ESTAMOS?

Ahora afincando en el Centro para la Competitividad y el Desarrollo, flamante “think tank” de la Universidad San Martin de Porras, el dos veces ministro de Economía Luis Carranza, dice tener la receta para hacer del Perú un país competitivo y ponerlo en piloto automático hacia el desarrollo. ¿Tiene el Perú un plan en materia de competitividad? Se tiene una visión estratégica de hacia dónde debe caminar el país, el tema es como alcanzarlas, como convertirnos en un país desarrollado con alto ingreso per cápita, bajos niveles de pobreza y buenos servicios públicos. Con ese objetivo hemos preparado para la CADE un esquema de discusión, las cuales abordaran: políticas sociales y económicas,

seguridad e infraestructura. Dentro de las cuales incluirán temas de educación, salud, régimen tributario y cambios a la legislación laboral que permiten un mayor formalización, hablaran del Poder Judicial, el servicio civil, las empresas publicas y la facilidad de hacer negocios, también temas de innovación y tecnología. ¿Se está planteando que sea el Estado el que de fin a cuáles son esos sectores estratégicos o que, más bien, sea el sector privado el que determine qué actividades económicas priorizar? Si manejamos bien loa temas de agua y energía y si tenemos un sistema financiero competitivo y acceso a las telecomunicaciones, entonces ahí estará el sistema nervioso que hará que el musculo crezca, y si después la economía se decanta por producir alcachofas o paprikas ya será un tema del sector privado. Las decisiones de consumo, de inversión y de ahorro las tomaran los agentes en función a sus preferencias. Tiene que haber lineamientos muy claros de política pública, si bien no le corresponde al Gobierno planificar la inversión en el sector textil o agropecuario, si debe asegurar que haya un sistema competitivo y regulación apropiada para fomentar la inversión.

¿Visto desde la perspectiva empresarial, como hace un gobierno para generar un ambiente que incentive la innovación? Hay dos pilares básicos: el primero es tener un buen sistema nacional de innovación y tecnología, antes que la pura promoción de la oferta debe buscarse un sistema flexible que se adapte a las necesidades de la demanda. El segundo pilar es que haya competencia en los mercados de bienes. El principal mecanismo para que una empresa busque la innovación es saber que si no lo hace sale del mercado. La apertura a la inversión directa extranjera, las reducciones arancelarias y la eliminación de barreras de acceso a mercados son todos medidas en esa línea.